Las clases de yoga son el resultado de los conocimientos aprendidos en la India, especialmente durante el retiro del Ashram.
Es primordial averiguar el nivel de los alumnos para crear una clase que les beneficie profundamente, averiguando si alguno de ellos sufre trastornos de la columna vertebral, dolor de cuello o de rodillas.
Las clases duran entre 1½ y 2 horas y pueden ser individuales o en grupo, con un máximo de 20 personas, para seguir atentamente la correcta ejecución de las posturas y ayudar a cada alumno corrigiendo cualquier imprecisión.
Generalmente, la lección consiste en :
una técnica de relajación mediante el canto de ciertos mantras indios y tibetanos (sílabas o textos breves que inducen a la mente a liberarse del flujo constante de pensamientos y llevan a la persona a un estado de profunda concentración);
unos ciclos de kapalabhati («limpieza craneal» en sánscrito), una respiración que purifica el sistema respiratorio, la sangre y las células en general;
el saludo al sol (Surya Namaskar) que, según el nivel de la clase, sigue la técnica Hatha o Asthanga y puede contener distintas variaciones ideadas por el profesor;
diversas posturas (asanas) de pie, sentado, en torsión, estiramientos hacia delante y hacia atrás y posturas invertidas;
unos minutos de relajación en Savasana (o «postura del hombre muerto» en sánscrito), acompañada de una respiración lenta y suave, para calmar el cuerpo, la mente y el espíritu.