Skeleton Bay, también conocida como Donkey Bay, es considerada por muchos surfistas profesionales y viajeros de olas como la mejor ola del mundo.
Es una izquierda con fondo de arena que ofrece tubos kilométricos, tan largos y perfectos que parecen imposibles: en los días perfectos, una sola ola puede alcanzar más de dos kilómetros y durar hasta dos minutos de surf continuo.
Surfear Skeleton Bay en Namibia es una experiencia única, de esas que justifican cruzar el planeta para vivir el tubo de tu vida.
Nuestro equipo surfea aquí en cada marejada y conoce todos los secretos del spot: los vientos, las mareas, las corrientes y los cambios en los bancos de arena del desierto del Namib. Organizamos misiones guiadas para surfistas experimentados: solo tienes que volar a Walvis Bay y nosotros nos encargamos del resto.
Esta ola de fondo arenoso se formó a principios de los 2000 gracias a los movimientos naturales de la costa. Es un fenómeno cambiante, mitad point break, mitad shore break, y nadie sabe cuánto tiempo más seguirá existiendo — cada sesión es un regalo.
Temporada de Surf
Los mejores meses para surfear Skeleton Bay son de mayo a agosto, cuando las tormentas del Atlántico Sur generan potentes marejadas que golpean la costa de Namibia, encendiendo la mítica línea de arena de dos kilómetros en pleno desierto.
Ambiente y Afluencia
Tras la difusión de los vídeos de sus interminables tubos, Skeleton Bay se convirtió en un destino legendario. En los días grandes puede haber más de 200 surfistas, pero la fuerte corriente que barre el pico mantiene el line-up sorprendentemente disperso. Después de cada ola, hay que caminar entre 15 y 25 minutos por la playa para volver al punto de entrada, lo que convierte cada sesión en una auténtica maratón de surf.
Pese a su fama, Skeleton Bay conserva un ambiente especial: vibraciones auténticas, respeto en el agua y la magia del desierto africano que rodea cada tubo perfecto.
Riesgos y Desafíos
Skeleton Bay es poderosa y exigente. En los días grandes se compara con Teahupo’o, y no es una ola para todos. Se necesita excelente condición física y experiencia en tubos. No hay socorristas ni asistencia en el agua, y el hospital más cercano está a más de una hora. Incluso en días pequeños, el impacto con el fondo puede ser fuerte, y la niebla puede cubrir todo el horizonte, dejando al surfista completamente solo frente a la inmensidad del Atlántico.